¿Cómo disfrutar un vino blanco entre amigos?

Los blancos acompañan como ningún otro vino los encuentros de verano. 

Los almuerzos junto a la piscina, las tardes de playa y las noches entre amigos son perfectos para disfrutar de un vino blanco. Por su frescura, su expresividad frutal y su versatilidad para combinar con distintos platos y situaciones de consumo, los blancos acompañan como ningún otro vino los encuentros de verano. 

Como bien sabemos, un atractivo agregado a la hora de descorchar un ejemplar es hacerlo en el momento indicado con las personas adecuadas. Por lo tanto, para un amante del vino no hay nada mejor que compartir sus etiquetas favoritas entre amigos.  

¿Qué vinos blancos son recomendables para beber entre amigos?

El universo de los vinos blancos es tan amplio que ofrece incontables opciones para distintos perfiles de consumidores. Una muy buena opción para beber entre amigos y conocer todo el potencial de estos vinos es descorchar distintos estilos para apreciarlos y comparar las diferencias entre las distintas etiquetas. 

Los blancos jóvenes y ligeros, los ejemplares más complejos criados en barricas de roble y los vinos dulces son muy distintos entre sí y ofrecen diferentes aromas, sabores, texturas y maridajes para descubrir.  

¿En qué orden deben servirse los vinos?

Si durante un almuerzo o cena se servirán distintos vinos, lo más recomendable es siempre optar por ir de menor a mayor intensidad en aromas y sabores. 

Por lo tanto, en el caso de los vinos blancos lo más indicado será comenzar por los ejemplares más jóvenes y ligeros para beber como aperitivo o para maridar con una entrada liviana. Luego, a medida que los platos ganen presencia y contundencia, es posible pasar a los blancos más complejos con crianza en barricas. Para el postre, los vinos blancos dulces o de cosecha tardía serán el cierre perfecto para acompañar las charlas de sobremesa. 

¿Qué cantidad de vino blanco es recomendable beber?

Como siempre recordamos, el vino se disfruta más y mejor si se lo consume de forma moderada y responsable.

Una copa de vino equivale a 100 mililitros de alcohol. Por lo tanto, el consumo recomendado es de hasta dos copas por día en el caso de las mujeres y hasta tres para los hombres. En ocasiones especiales, es importante no superar las cuatro copas de vino.

Para apreciar mejor los atributos de los vinos blancos recomendamos beberlos lentamente y darse tiempo para disfrutar las características de cada ejemplar. Además, por cada copa de vino es importante beber siempre dos de agua e ingerir alimentos antes o durante la degustación.

¿Con qué comidas acompañar un buen vino blanco?

Tanto por su versatilidad característica como por el amplio abanico de estilos que conviven dentro de “los vinos blancos” es posible combinarlos con un sinfín de platos salados y dulces. 

En líneas generales, los blancos jóvenes y ligeros acompañan muy bien sushi, tiraditos y frituras de mar. Los vinos de la variedad Viognier –como Famiglia Bianchi Viognier- combinan con pescados grasos grillados, curry de pollo o aves con salsas a base de manteca o leche. Asimismo, los Chardonnay expresivos y aromáticos –como Famiglia Bianchi Chardonnay- maridan con salmón a la parrilla, pollo asado y arroz con pollo.

Por su parte, los blancos más complejos con crianza en barricas de roble –como María Carmen Chardonnay- armonizan con mariscos marinados o muy condimentados (como las gambas al ajillo), paellas y pastas con salsas a base de frutos de mar. 

Para la sobremesa, los vinos blancos dulces –como Marlo Blanco Dulce de Bianchi- acompañan inmejorablemente los postres a base de frutas con cierta acidez, chocolate amargo y crema. 

 

¿A qué temperatura hay que mantener los vinos durante la reunión?

A la hora de disfrutar de una copa de vino, que la temperatura de servicio sea la adecuada no es un dato menor, sino que es algo que mejora la experiencia por completo. 

Las temperaturas de servicio ideales para los vinos blancos son las siguientes:

  • Blancos de guarda y gran volumen: entre 9 y 11°C
  • Blancos de cosecha tardía: entre 8 y 10°C
  • Blancos jóvenes de cuerpo medio: entre 9 y 10°C
  • Blancos frutados y livianos: entre 7 y 9°C

  • Para mantener los blancos frescos durante un almuerzo o una cena es recomendable llevar a la mesa una frapera con abundante hielo, agua y un puñado de sal (es conductora de temperatura).

    Errores comunes a la hora de beber un vino blanco

    El principal error a la hora de beber un vino blanco es no servirlo a la temperatura correcta. Los blancos más complejos, anchos en boca y con notas propias de la crianza en barricas no se deben beber excesivamente fríos ya que se “apagan” sus aromas y sabores característicos. Por lo tanto, es importante respetar la temperatura de servicio recomendada para cada uno de los distintos estilos de blancos.

    Otro error muy común es enfriar los vinos blancos en el freezer para hacer descender su temperatura más rápido, en lugar de optar por la heladera y la frapera. Esto no se debe hacer jamás, ya que los tintos y blancos hay que darles tiempo para que expresen sus mejores atributos y disfrutarlos mejor.

    Por último, para que la experiencia gastronómica sea aún más gratificante siempre es importante elegir los vinos de acuerdo a los platos que se va a servir o idear el menú en relación a los vinos para realzar el sabor tanto de los alimentos como de los ejemplares en cuestión.