Diferencias entre un Vino Joven y de Crianza o Reserva

Publicado el: 06 de mayo, 2020

Tipos de vino: joven y de crianza o reserva

 Existen muchas formas de clasificar los vinos: entre tintos, blancos o rosados; entre vinos tranquilos y espumantes; entre varietales o blends; o entre los distintos cepajes con los que se elaboran. 

Entre todas las clasificaciones posibles, una de las más atinadas e interesantes es la que diferencia a los vinos jóvenes de consumo inmediato de aquellos ejemplares reserva criados en barricas y destinados a la guarda.  

¿Cómo se puede clasificar un vino?

Una de las formas más usuales de clasificar un vino es distinguir aquellos que son jóvenes, elaborados para beberse pronto, de aquellos que son reserva, de guarda o crianza. 

Los vinos jóvenes son ejemplares de volumen y estructura media, fáciles de beber y disfrutar, cuya principal característica es la fruta. Son vinos sin tanta concentración, ágiles, directos y accesibles en cuanto a su precio, que suelen formar parte de la mesa cotidiana de las familias argentinas. 

Por su parte, los vinos reserva o de crianza suelen ser añejados en roble y se caracterizan por tener una mayor estructura, concentración y volumen de boca. La crianza les aporta aromas y sabores propios del intercambio con el roble, estructura y fuerza tánica; por lo tanto, cuando se compra uno de estos vinos lo mejor siempre es estibarlos por un tiempo en casa. 

Durante la elaboración, luego de ser criados en barricas, estos ejemplares pasan meses o años estibados en la bodega antes de salir al mercado. Por eso, siempre es atinado estibarlos un tiempo más para que el nervio, la musculatura y el ímpetu se vayan redondeando, amalgamando y convirtiendo a este vino en una bebida más sofisticada y elegante.

Diferencias en la fermentación

Generalmente, los vinos jóvenes se fermentan en tanques de acero inoxidable y permanecen allí o en piletas de cemento hasta su embotellado. 

Si bien los vinos reserva también realizan la fermentación en tanques, en algunos ejemplares parte del vino se fermenta en barricas o en toneles grandes de roble. Como excepción, los Chardonnay de crianza se suelen fermentar íntegramente en barricas. 

Uso de madera y barricas

En general, los vinos jóvenes no pasan por barricas, lo hacen parcialmente o por un período de tiempo muy corto. Por el contrario, los vinos reserva pasan más tiempo en barrica, a tal punto que la madera les otorga gran parte de su expresión.

Tiempo de crianza

El tiempo de crianza depende del estilo de vino que se quiera elaborar, de la impronta de la bodega y de las preferencias del enólogo. En el caso de los vinos jóvenes, pueden llegar a tener un breve paso por madera que no debe exceder los 6 meses en barricas de roble usadas. 

En el caso de los vinos de crianza, estos ejemplares suelen pasar más de 10 o 12 meses en barricas nuevas o usadas. 

Características particulares de cada uno

  • Vinos jóvenes: Sus características distintivas son la fruta, fluidez, frescura, ligereza, acidez y paso por boca ágil. Son vinos para consumir en cualquier situación, para beber como aperitivo y para acompañar la mesa diaria.
  • Vinos reserva: Son vinos más estructurados, con más cuerpo y volumen de boca. Elegantes, complejos y señoriales, son vinos que suelen ser más apropiados para acompañar comidas.

Maridajes adecuados para cada categoría

Los vinos jóvenes acompañan muy bien un sinfín de platos de consumo cotidiano como carnes magras al horno con vegetales grillados, pollo a la portuguesa, milanesas con puré y pastas con salsa de tomate. 

Los ejemplares reserva o de crianza acompañan muy bien platos calóricos de sabores intensos como risotto con hongos de pino, cortes de carne con hueso a la parrilla, pastas con salsa bolognesa y cordero asado.   

 

¿Cuántos años debe tener un vino para ser reserva o gran reserva?

En la Argentina no existe una legislación que establezca qué vinos pertenecen a la categoría reserva o gran reserva, es una denominación que cada bodega elige libremente para llamar a sus ejemplares con paso por roble. Sin embargo, se suele denominar como gran reserva a los vinos que tuvieron una crianza en barricas y una estiba posterior en botella especialmente largas.  

En España, por el contrario, sí existe una división más estricta entre unos y otros. Los vinos reserva son aquellos cuya elaboración demanda, como mínimo, un periodo de 3 años. En este tiempo, permanece al menos 12 meses en barricas de roble. Para ser llamados gran reserva, el periodo de elaboración de un tinto español es de 5 años y pasa más de 18 meses en barrica, aunque dependiendo de la reglamentación de cada denominación de origen estos requisitos pueden variar.

Nuestros recomendados jóvenes

  • Génesis Malbec: Un vino joven de color muy atractivo con matices violáceos. En nariz predominan aromas a frutos rojos maduros acompañados por un toque floral. Su entrada en boca es dulce con taninos redondos y estructura media.
  • Bianchi Varietales Malbec: Es un tinto joven que pasa 3 meses en barricas de roble francés. Predominan los aromas a frutas rojas y maduras, acompañadas por un toque floral a violetas que caracteriza al Malbec de San Rafael. Además, por las características de nuestro suelo, algunas notas minerales y frescas terminan de darle más juventud y vivacidad. Un vino de entrada dulce con taninos redondos, estructura media, frescura y equilibrio.

Nuestros recomendados de crianza

  • Gran Famiglia Bianchi Malbec: Es un vino de reserva que pasa 10 meses en barrica y 8 meses en botella antes de salir al mercado. Presenta aromas intensos a frutos rojos como cerezas y ciruelas frescas acompañadas por algunos toques especiados, florales y notas de vainilla y chocolate. De ingreso dulce en boca, carnoso, con muy buena estructura, taninos redondos y complejidad. Con taninos redondos, es un vino armónico y equilibrado.
  • María Carmen Bianchi Chardonnay: Es un vino de reserva que pasa 10 meses en barrica y 8 meses en botella antes de salir al mercado. En nariz, sus aromas remiten a cítricos y minerales muy bien amalgamados con notas a frutas como pera, manzana y durazno blanco. Es sumamente fresco y sofisticado, ya que los toques de vainilla y miel de su crianza en roble francés lo terminan de complejizar. En boca presenta muy buena acidez, untuosidad y estructura, con un final prolongado.